El pasado 4 de febrero se celebró la reunión semestral del Observatorio de la Pobreza Farmacéutica (OPF), en la que participaron Jordi Bosch (Director de Operaciones del OPF), Jara Zotes (Secretaria Técnica), Pablo Choquehuanca (Analista de Datos), Marisa González (voluntaria de Banco Farmacéutico), Marisol Rodríguez (catedrática de Economía aplicada de la Univ. de Barcelona), José Luis Baquero (responsable de Responsabilidad Social Corporativa de AECOSAR –Asoc. Española con la Osteoporosis y la Artrosis– y de OAFI Foundation –Fundación Internacional de la Artrosis–), Mª Carmen Martínez (Secretaria de SEMERGEN Solidaria) y Mª José Sanz (Secretaria de la Comisión Ejecutiva de la Fundación SEFAC –Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria).
En esta reunión se acordó llevar a cabo una reestructuración del OPF, por la que se suprime el Comité de Expertos, y se determinó incorporar nuevos profesionales de Trabajo Social y de Farmacia al Comité de Campo para mejor conocimiento de la realidad territorial donde Banco Farmacéutico está llevando a cabo su actividad. De este modo, el OPF queda configurado en dos Comités que se pretenden potenciar: el Comité Científico y el Comité de Campo, cada uno de ellos con funciones concretas y definidas.
También se compartieron los contactos llevados a cabo con el Foro Español de Pacientes y con el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, que han manifestado su interés por participar de la actividad del OPF. Un interés que se evaluará con gran atención, por la relevancia de ambas instituciones.
Finalmente, los participantes se extendieron largamente en torno a las nuevas líneas de investigación que puede llevar a cabo el Observatorio. Se debatió sobre el estudio del impacto de la pandemia de la COVID19 en la pobreza farmacéutica y concretamente en las enfermedades mentales y el análisis de la pobreza farmacéutica en alguna de las patologías crónicas más prevalentes en nuestro país. Son líneas sobre las que el Observatorio reflexionará los próximos meses para concretar posibles estudios que arrojen un poco más de luz sobre la pobreza farmacéutica existente en España.
Seis meses de trabajo por delante, en los que el Observatorio, a buen seguro, logrará avances en su análisis para dimensionar la pobreza farmacéutica, como paso previo a su visibilización a toda la sociedad para poder darle una respuesta eficaz.